Revista Informar
“SIEMPRE NOS QUEDARÁ LA SIRIUS”
Las Caras Del Mar
08 DE MAYO DE 2025

Emotiva despedida de los patrones de la Salvamar. Ángel Casellas y José Antonio Fernández se jubilan después de haber pasado “por el mejor trabajo que se puede tener”
Maite Cabrerizo
Yo a Boston y tú a California. O un poquito más cerca. Yo al mar, donde no vea tierra firme, y tú a la montaña, donde no llegue el agua. Después de toda una vida navegando juntos, Ángel Casellas y José Antonio Fernández, patrones de la Salvamar Sirius, se separan. Al menos laboralmente. No será fácil, pese a que es una jubilación merecida. No será fácil porque han sido muchas millas navegadas juntos, muchas vidas salvadas y alguna que otra anécdota imposible de borrar. No será fácil porque como ambos reconocen, Salvamento Marítimo es el top. “Hemos tenido el mejor trabajo que se puede tener”, dicen al alimón. Pero toca desembarcar. Ángel con 67 y José Antonio con 57. ¿Y ahora? Ángel se perdería mar adentro para no ver costa y José Antonio, al menos eso dice, sólo quiere coger la autocaravana y adentrarse en la montaña. Difícil encontrar un punto de encuentro, aunque, sonríen, lo conseguirán. Empiezan una nueva vida, pero, antes, toca hacer balance.
Les hemos juntado en el Centro de Coordinación de Barcelona el mismo día de Sant Jordi, el Día de los Libros. Casualidad… o no, porque seguramente sus vidas darían para escribir manuales técnicos, que servirían a futuros navegantes (su larga experiencia y sus conocimientos son la mejor escuela) y novelas, donde la realidad supera la ficción. Les ponemos a prueba y las anécdotas salen una detrás de otra.
Como la de Ángel, que tuvo que atender el aviso de un informante que aseguraba que había visto una patera con muchas personas a la deriva y resultó ser una embarcación llena de globos de feria, entre ellos, Bob Esponja. O la de José Antonio: “Nos llamaron unas personas preocupadas porque su amigo estaba borracho y se había metido al mar. Tardaba en volver, había oscurecido y en la arena solo quedaba su toalla. Fueron largas horas de búsqueda en la que también participó el helicóptero Helimer. No aparecía. Nadie sabía de él. Al final, el desaparecido había vuelto por sus medios al hotel, pero se había equivocado de número de habitación y hasta que los turistas que la ocupaban no regresaron y llamaron a recepción diciendo que en su cama había un extraño, no pudimos saber que no había nadie en peligro”.
Son sólo algunas de las infinitas anécdotas. No sólo hay risas. Hay profesionalidad, miedo, preocupación cuando la persona no aparece. O aparece muerta. “Es el peor momento” dice José Antonio. “Cuando venía la familia y tocaba reconocer el cadáver. Era difícil”. Por suerte, eso ya no lo hace la tripulación. “Es muy duro", comenta Ángel. "Recuerdo un joven. Estaba muerto. Su madre pidió que le pusieran una manta para que no pasara frío”.
Se emocionan. Son muchos años en la mar. Casi 34 en el caso de Ángel. 26 en el de José Antonio.
De Juan Sebastián Elcano a Salvamento Marítimo
Ángel, de Palamós. José Antonio, como si lo fuera. Nació en Almería, pero a los 9 meses sus padres emigraron a esta ciudad catalana. Ambos contaban con familia en la mar. Por parte de la madre de Ángel eran pescadores, aunque él odiaba la pesca. Sin embargo, desde pequeño amaba la mar. Su padre quería que la aborreciera y le mandaba con su tío, “para ver si me cansaba. De la pesca me cansé pronto; no del mar, que me enganchó y ha sido mi gran pasión y mi trabajo”. También José Antonio venía de familia de pescadores. Faenó con su padre y con su tío, pero a diferencia de su compañero, sí le gustaba. Coinciden en que los 2 comenzaron siendo muy jóvenes (a los 16 ya estaban liados) y que los dos, llegado el momento, dejaron la pesca para trabajar en Cruceros. Hay más cosas que les acerca. Ambos encontraron ahí a sus compañeras de viaje y los dos tienen dos hijos que no seguirán la tradición.
Decía Jacques Cousteau que “El mar, una vez que te hechiza, te engancha en su maravillosa red para toda la eternidad”. Le sucedió a Ángel, desde sus viajes a Argelia en mercantes que transportaban cemento hasta el servicio militar a bordo del buque Juan Sebastián Elcano. Con él hizo la quinta vuelta al mundo que no olvidará. Sólo tenía 20 años: Cádiz, Santa Cruz de Tenerife, Río de Janeiro, Buenos Aires, Estrecho de Magallanes, los Canales Patagónicos, Valparaíso, Guayaquil, Acapulco, Honolulu, Manila, Bangkok Singapur, Yakarta, Alejandría, Palma de Mallorca y Cádiz. “No sé cómo fui a parar allí, pero tuve un sitio privilegiado. Era el ayudante del comandante y vivía la navegación pura a su lado”. La vuelta duró 9 meses y medio en los que era muy complicado comunicarse con su casa. “Las comunicaciones eran con radio y si hablabas catalán u otro idioma, al ser un buque militar, se oía una voz que te decía, en castellano o cortamos. Tampoco podías decir dónde estabas. Era una gran escuela”. Cuando bajó, embarcó en un barco mercante y después pasó a trabajar en los cruceros Costa Brava, en barcos que iban de playa en playa y donde conoció a su mujer. Después de pasar por un centro de formación, llegó Salvamento Marítimo. Eran los inicios. Julio de 1990.
“Pensé que sería una cosa temporal. Las condiciones no eran las de ahora. Entonces eran once meses de guardia y uno de fiesta que ni siquiera estaba asegurado. Pero al final… “. En julio se hubieran cumplido 34 años de los que no borraría nada. “Me he encontrado con grandes personas. No me equivoqué. De hecho, me podía haber jubilado hace doce años, pero me gusta mucho mi trabajo y no he querido hacerlo. Yo siempre digo que soy un yonki de Salvamento Marítimo”. Es un espíritu libre, aunque echará de menos la adrenalina de un servicio de emergencias 24/7. Y llegar a casa sabiendo que se ha salvado una vida.
"Salvamento es el top"
También José Antonio, que ya se ve con su autocaravana tierra adentro, donde no se vea el mar, echará de menos esos momentos de emoción. Después de trabajar en la pesca, como Ángel, embarcó también en Costa Cruceros. Allí se conocieron y no dudó ni un segundo cuando Ángel le dijo que en Salvamento Marítimo buscaban marinos. Tenía 30 años. Entonces, se trabajaban tres semanas seguidas (de patrón, marino y mecánico) y una de fiesta. “A mí me ha gustado mucho Salvamento Marítimo. Me voy con buen sabor de boca. Me gustaba la pesca, los cruceros, pero Salvamento es el top. Un trabajo muy agradecido, en todos los sitios te miran bien”.
El brillo de la Sirius
La estrella Sirius es la más brillante del cielo nocturno. La salvamar Sirius también brilla por cómo la miman y la cuidan sus tripulantes. Si la Sirius hablara, piensan. Ella no habla, pero sí sus patrones y los cuadernos de navegación, donde se detalla cada salida, cada emergencia.
Si se trata de decir cuál fue la emergencia más curiosa, además de la de Bob Esponja que ya forma parte de su historia, Ángel recuerda sin duda la del globo aerostático. Cayó al agua un día de tramontana. Un pesquero había recogido ya a las 7 personas de la cesta. Les embarcaron y tocaba recoger el globo que estaba hundido. “Era increíble lo que pasaba. Tuvimos que ir cortando las cuerdas como pudimos. Hasta que no lo sacamos todo no podíamos arrancar. El propietario estaba encima del globo, pero teníamos que cortar rápido porque le dio un infarto. Aún así, él insistía en que no lo hiciéramos”.
Suele ocurrir, en situaciones de rescates complicadas, hay quien se preocupa más por el velero o por la tabla que por él. José Antonio tiene varias. Emergencias en las que no llevan chaleco ni adultos ni niños, sólo perros. Por no hablar de los que se hacen selfis y caen al agua. Algunas acaban mal. Otras, por suerte, por el destino, o por la razón que sean, acaban mejor. “Nos llamó una mujer. Había dejado a su novio y éste le dijo que se iba a suicidar. Por el tiempo que había pasado, pensamos que íbamos a encontrado muerto. ¡Pero estaba vivo!”. “Cuando una persona desaparece y pasa mucho tiempo hasta que llega el aviso, lo normal es encontrarte el cadáver”, puntualiza Ángel. “Cuando empecé me dijeron que ya me acostumbraría. Pero no es cierto. Te acuerdas de todo, de las caras, del sitio, del olor…”.
Dicen que se van, pero no del todo. Si la Sirius hablase. Sus compañeros les echarán de menos. “Nosotros a ellos, no”, bromean, sabiendo que sí, aún agradecidos por la despedida donde hubo muchas emociones y marinos de muchas tripulaciones. “El mejor trabajo”.
Mensaje de sus compañeros, los que por tierra y mar, de alguna manera, han navegado con ellos…
"Has sido nuestros ojos, las manos de quien las ha necesitado y el corazón de todos"
Àngel Casellas: Junio 1991 - Marzo 2025
José Antonio Fernández: Octubre 1999 - Abril 2025