Salvamento Marítimo

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Nuestra labor

Prevención

Prevención

Uno de los objetivos de Salvamento Marítimo es prevenir la contaminación del medio marino, concurriendo al objetivo 14 de los ODS de la ONU, que se centra en los oceános y la vida submarina.

 

Convenio MARPOL y sistema de vigilancia

El Convenio para Prevenir la Contaminación por Buques, conocido por MARPOL, es un instrumento jurídico que tiene por objeto controlar y disminuir al máximo posible las descargas de sustancias perjudiciales y de efluentes que las contengan procedentes de buques. Establece que, ante cualquier trasgresión a sus disposiciones, se iniciará el procedimiento sancionador correspondiente. Sus seis anexos definen las reglas según las diferentes sustancias. El Anexo I previene la contaminación por hidrocarburos; el Anexo II por sustancias nocivas líquidas transportadas a granel; el Anexo III por sustancias perjudiciales transportadas por vía marítima en paquetes, contenedores, tanques portátiles y camiones-cisterna o vagones-tanque; el Anexo IV por aguas sucias; el Anexo V por basuras y el Anexo VI previene la contaminación atmosférica.

El sistema de vigilancia establecido previene las descargas ilegales, puesto que tiene un efecto disuasorio sobre el tráfico marítimo que recorre nuestras aguas. El Convenio Internacional para prevenir la contaminación por los Buques, Convenio MARPOL, regula cuáles de las descargas deliberadas están autorizadas en función de varios factores como son la sustancia descargada, el tipo de buque, la distancia a la costa, la forma de descarga…

La infracción más frecuente consiste en las descargas oleosas. Cuando un buque es detectado in-fraganti, es decir, con una mancha conectada a su popa, se analiza la descarga para evaluar si es o no ilegal. Este análisis se puede complementar con una toma de muestras y con una inspección posterior en puerto por parte de Capitanía Marítima.

En caso de identificaciones de buques in-fraganti Salvamento Marítimo reclama al armador la cuantía de los gastos incurridos en las labores de vigilancia y la Administración Marítima impone la multa por los daños medioambientales causados.

La vigilancia de nuestros mares se realiza por dos sistemas complementarios: el aéreo y el satelital, cubriendo el Atlántico Norte, el Mediterráneo y el Estrecho y Canarias.

VIGILANCIA AÉREA

La vigilancia aérea la realizan los tres aviones EADS-CASA 235-300 de Salvamento Marítimo. La vigilancia satelital la suministra la Agencia Europea de Seguridad Marítima (EMSA) a través del programa CleanSeaNet.

Los aviones están equipados con modernos sensores para la lucha contra la contaminación en el mar:

El radar de apertura sintética (SLAR) detecta cualquier cosa que atenúa la cresta de la ola, como sucede con el hidrocarburo. Su uso está condicionado por el estado de la mar puesto que debe haber ola, pero tampoco ésta tiene que ser excesivamente grande. Su funcionamiento óptimo se obtiene cuando el estado de la mar se sitúa entre 2 y 6 de la escala Beaufort. Permite determinar el área de la mancha, la posición central y el rectángulo que la inscribe.

El Laser Fluor Sensor (LFS) discierne si el producto contaminante es o no hidrocarburo y permite calcular el espesor de la mancha en un punto concreto. El microradiometer (MRW) detecta espesores de manchas de cierta entidad, superiores a 0,05 mm.

Los resultados de los sensores son analizados por los operadores de consola. Su experiencia es clave a la hora de clasificar e interpretar las detecciones. En vuelos de aviones ligeros, que no están equipados con sensores específicos, se recurre a la observación visual. Nuestros operadores tienen muchas horas de vuelo a sus espaldas y ya han visto gran cantidad de manchas y están capacitados para realizar una "observación visual fiable y profesional". La observación visual siempre es un complemento en la interpretación de los resultados de los sensores. Los operadores son capaces de distinguir si las manchas son de hidrocarburo o de aceite vegetal. Utilizan para ello el Photo Atlas del Acuerdo de Bonn y su propia experiencia. Asimismo son capaces de clasificar las manchas de hidrocarburo según los niveles que define el Código de Apariencia del Acuerdo de Bonn. Este Código asigna un espesor mínimo y máximo para cada nivel establecido en función de la apariencia del hidrocarburo, permitiendo calcular un volumen mínimo y un volumen máximo. El volumen mínimo se utiliza para fijar las sanciones en caso de descargas ilegales. Y en cambio, el volumen máximo se emplea para dimensionar los medios de lucha contra la contaminación que hay que movilizar.

VIGILANCIA SATELITAL

El servicio CleanSeaNet de EMSA proporciona imágenes satelitales de forma periódica; si bien en caso de incidente de contaminación existen mecanismos para solicitar imágenes adicionales. El punto de contacto de Salvamento Marítimo recibe las alertas CleanSeNet, que posicionan y dimensionan las posibles contaminaciones e informan de los posibles infractores identificados. En función de la magnitud de la contaminación, de la distancia a costa y de la disponibilidad de las unidades, Salvamento Marítimo envía los medios más adecuados para verificar las detecciones.