Notas de prensa
Una alerta a tiempo es tu mejor salvavidas
01 DE AGOSTO DE 2024

Tribuna publicada en Diario de Pontevedra
José Luis García Lena. Director de Salvamento Marítimo
¿Y si hubieras revisado el motor del barco antes de salir? ¿Y si te hubieras informado sobre la previsión meteorológica? ¿Y si hubieras comprobado que tu equipo de radio funcionaba correctamente? Y si, y si…
Pero la mar no suele dar segundas oportunidades. La persona que se plantea a sí misma todas esas hipótesis, seguramente naufragó y quién sabe con qué resultado.
Cada año, con la llegada del verano, miles de personas se adentran en la mar para practicar la náutica de recreo y los deportes acuáticos. Parece que en los últimos tiempos incluso se ha incrementado el gusto por estas actividades. La mayoría de estas personas piensan “a mí no me puede suceder”, pero la mar es un entorno impredecible y conlleva unos riesgos que no conviene ignorar si se quiere evitar que esa travesía que iniciamos con tanta ilusión acabe en tragedia.
Por este motivo, la Dirección General de la Marina Mercante y Salvamento Marítimo (Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible), con la colaboración de Guardia Civil y ANEN, promovemos una campaña de verano de seguridad náutica bajo el lema “Una alerta a tiempo es tu mejor salvavidas”.
Y la campaña no se ha andado por las ramas, puesto que uno de sus elementos centrales es un vídeo muy impactante, cuyo protagonista sufre un accidente en su embarcación y se lamenta por no haber tomado a tiempo las medidas de precaución necesarias antes de zarpar. Para él ya es demasiado tarde…
Pero aún se está a tiempo de concienciar a otros navegantes para que no sigan engrosando las estadísticas de accidentes marítimos- el verano pasado Salvamento Marítimo atendió más de 1.700 emergencias relacionadas con actividades náuticas, en todo el litoral español-.
Para ello hay que hacer hincapié en la importancia de la prevención: se debe tener el barco en perfecto estado y comprobar, antes de zarpar, si cumplimos punto por punto con una serie de recomendaciones ya clásicas: motor en buen estado, reserva de combustible, chalecos salvavidas en regla, previsión meteo, sistema contra incendios, tener un plan de navegación y dejar aviso en tierra…
Sin embargo, no sólo el patrón debe conocer el funcionamiento del barco. Embarcar en un yate o velero, no significa sólo broncearse y hacerse fotos en bikini para Instagram. En caso de que las cosas se pongan feas, habrá que arrimar el hombro, y una tripulación con cierta formación sobre náutica y actuación en emergencias puede marcar la diferencia.
Aun así, tomando todas las precauciones, e incluso siendo navegantes avezados -en más de una ocasión Salvamento Marítimo ha tenido que asistir a participantes en regatas profesionales- los accidentes son una posibilidad real.
Una vez que la tripulación vea que está en situación de peligro y no puede resolverla por sus propios medios, lo mejor es pedir ayuda cuanto antes. Esos minutos de indecisión o demora en realizar una llamada de socorro pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte.
De ahí el lema “Una alerta a tiempo es tu mejor salvavidas”. Se pretende mentalizar de la importancia de la rapidez a la hora de emitir la alerta. Pero claro, esto no consiste en gritar “mayday, mayday”. La herramienta principal de comunicación en la mar es la radio (canal 16 de VHF) y, por este motivo, el equipo ha de estar en perfecto estado y además todas las personas a bordo deben saber utilizarla con cierta soltura.
También es bueno llevar el teléfono móvil (cargado y protegido en una bolsa estanca), eso sí, teniendo en cuenta que es un complemento, pero nunca un sustituto de la radio.
Y una vez estudiados y atendidos todos los consejos de seguridad, este verano no estaría mal darle un repaso a la gramática. ¿A la gramática? Sí, sí, concretamente a los tiempos verbales.
El pluscuamperfecto de subjuntivo se usa en las oraciones condicionales sobre lo que habría ocurrido en el pasado en otras circunstancias. Ese “Si hubiera…”.
Dejémoslo de lado cuando embarquemos, y pasémonos mejor al pretérito perfecto: revisé el motor de mi barco, me informé sobre la meteorología, tuve en cuenta los consejos de seguridad náutica y me salvé.
Eso sí, una vez en tierra y a salvo, nunca bajaremos la guardia, porque como escribe Manuel Vicent: “Después de salir victorioso de un duro temporal siempre serás un superviviente y deberás considerar que el hecho de seguir vivo con cierta dignidad es el único desafío”.