Revista Informar
SALVAMENTO MARÍTIMO, A ESCASOS METROS DE LA LAVA
Pañol De Proa
20 DE SEPTIEMBRE DE 2022

Se cumple un año de la erupción del volcán Cumbre Vieja. Un antes y un después imposible de olvidar. Así fue un trabajo durante 85 días que marcaron la vida de los palmeros... y la nuestra
“Tan cerca que se podía tocar, que se podía oler”. Los hermanos Arrocha Negrín, marineros en la Salvamar Alphard, no olvidarán nunca el volcán de La Palma. No lo olvidarán ellos, “hemos llorado viendo como la lava destruía las casas y las tierras de nuestros vecinos”, ni la tripulación del Punta Salinas, siempre al lado de los palmeros, o el personal de Salvamento Marítimo que desde el Centro de Tenerife, con Loli Septién al frente, coordinaron en directo junto al CNCS de Madrid lo que para muchos era una película de ciencia ficción. Tristemente, no lo era. Y aunque acostumbrados a duras realidades, vivieron lo que nunca hubieran deseado: los 85 días que cambió la historia de los palmeros. También la suya.
Carpetas de información, horas en los medios de comunicación, titulares en prensa que ponían el foco en nuestro trabajo. ¿Por dónde empezar? Desde el departamento de prensa se creó el hashtag #ErupciónLaPalma por unificar un trabajo que nos unió y nos hizo fuertes. Los Medios de Comunicación se hicieron eco de esta labor ejemplar.
“De entre los cientos de efectivos desplegados en la isla de La Palma tras la erupción del Cumbre Vieja, este miércoles destaca el trabajo de Salvamento Marítimo que, sobre su buque, vigilan la zona. (Antena3)
“Salvamento Marítimo vigila la costa de La Palma. Puertos Canarios ha informado este martes a primera hora que, a consecuencia de la erupción en La Palma, se ha tomado la decisión de vigilar la zona de exclusión a la navegación acordada por Capitanía Marítima y donde podría llegar la lava en las próximas horas. Se trata de una amplia franja costera cercana al faro Bombilla. Por este motivo, acogen en el puerto de Tazacorte el remolcador de altura Punta Salinas y la salvamar Alphard”. (El diario.es)
Después de “85 días y ocho horas de “tragedia”, según las palabras del presidente del Cabildo insular, Mariano Hernández Zapata, acababa la erupción más larga de la historia en La Palma y la más destructiva del último siglo en Europa. El recordatorio del infierno que asoló esta tierra entre el 19 de septiembre y el 13 de diciembre tiene un hueco especial en nuestra Memoria. No sólo en ésta que se escribe cada año, sino en la memoria de cada uno, ese centinela del cerebro que dijera Shakespeare, que no olvida.
Es la memoria de Loli Septién, de las tripulaciones. Escrita dentro a fuego y fuera, en una cronología de un trabajo detallado al milímetro en el cuaderno de Salvamento Marítimo. Septién lo detalla así:
“El día 13 de Septiembre de 2021 la Dirección General de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias activa el Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por riesgo volcánico de la Comunidad Autónoma de Canarias (PEVOLCA), y declara la situación de ALERTA (semáforo amarillo).
El día 19 de septiembre de 2021 se produce la erupción volcánica en la zona de Cabeza de Vaca pasando a situación de EMERGENCIA Nivel 2 para Tazacorte, El Paso, Fuencaliente, Mazo y Los Llanos de Aridane. Afectando directamente a los municipios de El Paso y Los LLanos de Aridane”.
La Salvamar Alphard, con base habitual en La Palma y el remolcador Punta Salinas, en Tenerife, fueron activados para controlar que embarcaciones particulares intenten acceder a la zona en la que está prevista la llegada de las coladas de lava al mar. Ambas embarcaciones instalaron su base en el puerto de Tazacorte.
El día 23 de Diciembre el Punta Salinas regresa a base. El 31 de enero de 2022 Salvamar Alphard regresa a su base, estableciéndose no obstante vigilancias periódicas a la zona junto con la L/S ELara y coordinados con Servicio Marítimo de Guardia Civil.
Pero, ¿cuáles son las cifras de esos 85 días? Loli Septién tiene claro los guarismos: 1.800 registros de acaecimientos, 206 intervenciones sumando más 1.180 horas de navegación, seguimiento y apoyo a un total de 100 barcos y se han archivado 850 documentos
Es el fin de un expediente que no termina, que como la lava del volcán, sigue quemando en la memoria de todos. También de ellos.
Francisco Javier y Antonio Manuel Arrocha (marineros Salvamar Alphard)
De nuevo los Arrocha volvimos a estar ahí, con nuestra gente. Lloramos. Lloramos de impotencia y de rabia al ver cómo la lava se comía las casas, las tierras de nuestro familiares y amigos. Cómo no hacerlo. Nos preguntaban qué iba a pasar y no teníamos respuestas. Cuanto más cerca, más dolía. No ha habido ni un día de estos meses que no hayamos recordado a nuestro padre, que ya había vivido el volcán de Teneguía en 1971.
Nos lo contaba siempre, la lava que bajaba, la lava que se comía todo, la lava que no perdonaba. Y eso nos hizo más fuertes porque sabíamos que nuestro trabajo en la Salvamar era muy importante para ellos. Era decirles que no estaban solos.

Zevensui Cabrera
“Sólo se ve una vez en la vida. Era impresionante, las imágenes, el color, el olor, el ruido... Me quedo con la frase de un vecino que había perdido su casa y que me hizo replantearme todo, ver la vida de otra manera todo. “No, no he perdido todo. Lo más importante, mi familia, está aquí.
Desde la Salvamar comencé a mandar fotos para inmortalizar este momento, pero era difícil transmitir en imágenes lo que allí se vivía. ¿Cómo retratar a la gente? ¿Cómo explicar el ruido de cuando la lava del volcán llegó al mar?”

José Manuel Vázquez Cal
Capitán Punta Salinas
“Cómo olvidar lo que vivimos esos días en La Palma. La Isla bonita estaba en llamas y la lava se comía la vida de tanta gente…Yo soy marino, no entiendo el apego a la tierra. De ahí ese dolor al ver que lo perdían todo. Pero ellos nos demostraron que se puede empezar de cero y que el amor por su gente y por su tierra les hace luchar cada día con ilusión para que la Isla Bonita vuela a serlo. No se me olvidará nunca porque siento que me llevé amigos. Y eso es un orgullo que queda para siempre, que la lava no se ha podido llevar”.

Ana Penela
(capitán Punta Salinas)
“Nosotros llegamos al alba el día 20 de septiembre, primera noche de la erupción. Todos estábamos expectantes. Después de la impactante imagen del amanecer, llego la cruda realidad. Las coladas devorando el paisaje, las explosiones, la ceniza que se metía en sitios impensables pero lo que más nos sobrecogió a toda la tripulación fue el estremecedor rugido constante del volcán, que de noche parecía rugir con más intensidad.
Aun así, la lección más importante de toda esta vivencia nos la dio los vecinos de La Palma. Cada uno con sus propias historias y desgracias, siempre nos trataron con tanto cariño y amabilidad, nunca una mala palabra, sin duda es el mayor tesoro de la Isla Bonita. “

Loli Septién
(jefa CCS Tenerife)
“El saber que acabaría llegando al mar fue una impotencia absoluta porque significaba que en su paso se llevaría todo por delante… seguíamos cada milímetro de la colada y previsión de caída al Mar … en fin …y allí estábamos (y estamos) para colaborar en todo lo necesario y garantizar la seguridad marítima en la zona de exclusión declarada por la Autoridad Marítima “