Revista Informar
EL ECO DEL VALOR RESUENA ETERNAMENTE
30 DE JUNIO DE 2017
"Peter" Frande, 25 años de servicio como rescatador de Helimer en Salvamento Marítimo
Así reza uno de los lemas que brillan con luz propia en el hangar del Helimer de Gijón. Lema que Pedro J. Frande Gómez cumple con todas sus letras. Este mes de junio se celebran 25 años de servicio de este héroe anónimo, que no lleva capa ni tiene poderes, pero sí la grandeza como ser humano de salvar la vida de otros, poniendo en riesgo en muchas ocasiones la suya propia.
“Peter”, como le llaman sus más allegados, es uno de nuestros rescatadores más veteranos. Nació en Bilbao hace 50 años, y ya desde los 25 forma parte de este grupo de élite. Empezó en el Servicio Aéreo de Rescate del Ejército del Aire en el destacamento de A Coruña, para seguir su trayectoria profesional durante dos años para la Xunta de Galicia y los 23 restantes hemos tenido el gran privilegio de que forme parte de la tripulación de nuestro Helimer con base en Gijón.
Conoce a la perfección cuatro modelos diferentes de helicópteros en los que ha trabajado: un Bell 212, un Sikorsky S-61, un Dauphin y actualmente desciende por el cabo de un AW 139, que opera desde el helipuerto ubicado en El Musel. Tan pronto como uno entra en este hangar, se impregna del amor por el trabajo de su tripulación. Un hangar que es digno de visitar porque parece un museo con multitud de fotos de rescates, retratos de sus tripulaciones, e insignias con lemas que hacen reflexionar al que se detiene a leerlos: “El eco del valor resuena eternamente” o “Nobody gets left behind”.
Nuestro homenajeado hoy, también fue uno de los artífices del llamado “Gorro Rojo”, distintivo que ocupa un lugar especial en el hangar. Cuelga de una de las paredes, y como su nombre indica se trata de un gorro rojo enmarcado, acompañado de un texto que narra lo siguiente: Se trata de un distintivo en recuerdo de los valores defendidos por Jacques Yves Cousteau, que lo instauró universalmente para todos los que aman el mar y sus secretos; y como homenaje a las gentes del mar que sufren diariamente la dureza de sus aguas. Por ello, cada nadador de rescate, después de realizar su primera misión de salvamento, se le hace entrega de un “Gorro Rojo” como símbolo de fraternidad entre los hombres y mujeres de la mar, y en reconocimiento a su entrega profesional, arriesgando su propia vida al servicio de los demás. Desde que un nadador de rescate consigue la preciada distinción debe mantener sus tradiciones y ser el mensajero de estos valores a lo largo del tiempo.
Peter, ha defendido y sigue defendiendo estos principios. Los cumple a rajatabla. Cuenta nada más y nada menos que con más de 4000 horas de vuelo y más de 400 misiones. Se dice pronto, pero es casi una vida dedicada a salvar a los demás. Entre las emergencias más destacadas en las que ha participado destacan el embarrancamiento del petrolero Mar Egeo en A Coruña, el hundimiento del buque Prestige, la emergencia del pesquero La Polar y el hundimiento del buque Kristal.
Por unanimidad, sus compañeros del Helimer destacan “la humildad de Peter, su valentía y su compañerismo”. Y nos comentan con orgullo “es un genio y figura. Un referente y pionero en el servicio de nadadores de rescate en España”.
EL ECO DEL VALOR RESUENA ETERNAMENTE, Y SEGUIRÁ RESONANDO para Peter.