Revista Informar
NARCISO RAMÓN QUESADA, UNA BIBLIOTECA DEL MAR A BORDO DE LA SALVAMAR ALNITAK
Las Caras Del Mar
04 DE JUNIO DE 2024

El patrón de esta embarcación rápida en Málaga viene de una familia vinculada al mar. Su bisabuelo, abuelo, tío y su padre fueron marinos
Maite Cabrerizo / Lucía Pérez y Daniel García (fotografía)
"Considero que la televisión es muy educativa. Cada vez que alguien enciende el televisor salgo de la habitación y me voy a otra parte a leer un libro". La famosa frase es de Groucho Marx, aunque bien podría ser de Narciso Ramón Quesada, patrón de la Salvamar Alnitak de Salvamento Marítimo. También se iría a otro sitio donde pudiera leer los cientos de libros que tiene en casa. Porque navegar con él en Málaga es navegar los mundos de Pérez Reverte, en los de Joseph Conrad. Sus obras tienen como telón de fondo el mar. Las de Narciso Quesada también. Su cabeza es un imaginario de páginas donde huele a salitre; donde sólo se escuchan olas.
Nacido en Málaga en una familia de tradición marina (bisabuelo, abuelo, padre, tíos…), Narciso supo y quiso que ése fuera su destino. Gente de mar. Desde pequeño vio a su padre entrar y salir a cualquier día y a cualquier hora. Era marinero en Vigilancia Aduanera cuando sólo prestaban este servicio en la mar la Armada y ellos. Por entonces llevaban un busca (el antecesor de los teléfonos móviles para los que han nacido con el celular) y el sonido de aviso se le quedó marcado. Un surfista, un remolque, un pescador… Luego llegaba la buena noticia: “Estaban salvados” y Narciso se crecía. Lo tenía claro. Él quería ser como su padre. Sin miedo, valiente. Quería ayudar a los demás y salvar vidas. “A mi abuelo le rescataron de tres naufragios distintos gracias a personas como nosotros que salvan vidas. ¡Y no sabía nadar!”. Eran otros tiempos, de jornadas de navegación que se alargaban meses. De hecho, su padre no pudo conocer a uno de los tres hijos hasta tres meses después de nacer.
“A mi abuelo le rescataron de tres naufragios distintos gracias a personas como nosotros que se dedicaban a salvar vidas. ¡Y no sabía nadar!”
La vida ha cambiado, pero no la filosofía de Narciso y su pasión por la mar. Pronto empezó a hacer los cursos que necesitaba para navegar. Reconoce que hubo un duelo entre el azul de Aduana y el naranja de Salvamento Marítimo. Ganó este último y con él ganó esta sociedad. 20 años suma salvando vidas y no quitaría ni uno de ellos. Recuerda con cariño los años que coincidió con su padre en el puerto, padre e hijo, orgulloso uno del otro, felices por un reencuentro diario que es pasión.
Su otra familia
Narciso hizo su primer embarque en el Salvamar Vega. Luego llegó la Alnitak, su otra casa, su otra familia. Esta embarcación es una extensión de él y de quienes la navegan. La tripulación, ocho en turnos de cuatro, va rotando. Alejandro, Narciso, Armando, Antonio, Moisés, Daniel, Fernando, Quique y ahora Manuel. Una gran familia de apoyo, de cariño, de saber cómo trabajar en equipo. Según Antoine de Saint Exupéry, “un diseñador sabe que ha logrado la perfección no cuando no hay nada que añadir, sino cuando no hay nada que quitar”. En esta casa, en la Alnitak, no hay nada ni nadie que quitar.
"La tripulacióm somos una gran familia. Nos conocemos y nos respetamos. Formamos un buen equipo"
Narciso Ramón habla de ella con pasión. 20 años hace que llegó y no borraría ni uno. “Nuestro trabajo es una vocación. O te gusta, o mejor que te dediques a otra cosa. No te cuesta venir cada día. Lo haces entregado porque al final estamos salvando vidas y ayudando a la gente”. Con cada emergencia salta la chispa, la adrenalina se dispara y da igual la hora que sea o lo que estés haciendo. “Sabes que de ti depende alguien, que te necesitan”, apunta el patrón. Incluso cuando finalmente se anula el servicio porque ya está resuelto o porque se trata de una falsa alarma. “Da igual, ahí estamos nosotros”. Una motivación que a sus 47 años no ha perdido. Incluso cuando está desembarcado, está navegando. Su pareja y su hijo Álvaro, lo saben. El pequeño de 2 añitos ya pinta maneras y no se asusta cuando a las 5 de la mañana suena el teléfono o cuando su padre le deja con la cena a medias. Sonríe. No dice nada, pero cree que hay ADN naranja para rato.
“No podría cambiar el salitre, el olor a mar por un despacho en tierra. Necesito esa adrenalina”. Lo dice sabiendo que hay decisiones que no son fáciles, como le ocurrió a su padre. En un momento dado, por la situación familiar, dejó el mar por la oficina. Pasado un tiempo, la madre de Narciso le dijo que volviera al barco. ¡Es la mar!
Emergencias y algunos consejos
Las emergencias se suman en su cabeza y siempre ganan las buenas, los rescates con final feliz y ese agradecimiento que llega de familiares. “Cuando embarcas en una situación complicada a una persona, le dejas su espacio. Necesita tiempo para darse cuenta de que está a salvo, de que ya no hay peligro”. Salvamento siempre está, pero Narciso insiste en recordar consejos de seguridad que salvan vidas: no navegar solo o decir a dónde vas, tener el barco siempre a punto, la lista de comprobación o dar la alerta a tiempo. “Imprescindible. En nuestro caso, en Málaga, el pico de avisos es al atardecer, cuando la familia, los amigos, echan de menos al que salió a navegar por la mañana”. Por desgracia, en muchas ocasiones es tarde. El patrón de la Alnitak insiste también en mirar la meteo, sobre todo en una ciudad donde el terral (viento que sopla de tierra a mar) es una gran complicación para la navegación. “Deben evitar alejarse de la costa. Particularmente, yo no saldría con ningún artilugio flotante con viento de tierra porque no se puede volver y las distancias engañan. Parece que estás cerca, pero no lo estás y nadar a contracorriente es muy complicado”. Recuerda a un señor de edad avanzada que rescataron, cuando llegó a tierra, pinchó su neumática. Fue la manera de dar las gracias.
La conversación vuelve a la literatura. A ese inevitable Joseph Conrad y sus historias de mar. Navegante, marino… Describe personajes que te podrías encontrar en la vida real, que te podrías encontrar en la Alnitak. Incondicional de Arturo Pérez Reverte, guarda sus libros con mimo y respeto, mucho respeto. Porque detrás de su literatura hay mar, navegación, experiencias reales que hacen que el libro lo sea.
Decía el escritor cartaginense en sus artículos que no es casual que los barcos tengan nombre propio, porque son seres vivos. “Una de mis aficiones es leer amuras y espejos de popa. Cuando un nombre me llama la atención, lo apunto”, escribía. Los hay agresivos, tiernos, modestos, con carácter, con sentido del humor y luego está la Salvamar Alnitak, una de ‘Las Tres Marías’ del cinturón de Orión junto a la Salvamar Mintaka y la Alnilam. En la biblioteca de Narciso queda hueco para libros buenos, ¿Será la próxima aventura de Pérez Reverte a bordo de la Alnitak?
La Salvamar Alnitak es una de ‘Las Tres Marías’ del cinturón de Orión junto a la Salvamar Mintaka y la Alnilam. ¿Será la próxima aventura de Pérez Reverte a bordo de la Alnitak?