Revista Informar
LOURDES PÉREZ, JEFA DE LA OFICINA DE INFORMACIÓN DEL INSTITUTO SOCIAL DE LA MARINA (ISM)
Mujer y Mar
24 DE JULIO DE 2023

“La mujer tiene que seguir aumentando su presencia, alcanzando todos los puestos. No dejar que se manifiesten diferencias de género”
Maite Cabrerizo
De Bilbao, pegadito a la ría del Nervión: Cuando iba a la escuela, Lourdes Pérez veía entrar a los barcos acompañados de los remolcadores para llegar a los muelles de carga y descarga que se encuentran a ambos lados de la ría y del Canal de Deusto. “Justo enfrente de mi casa se encontraba la aduana marítima”. Con esas credenciales, no extraña que aquella niña del barrio de San Ignacio sea hoy una trabajadora del mar. La jefa de la Oficina de Información del Instituto Social de la Marina (ISM) se ‘moja’ en esta entrevista para Mujer y Mar. “Este trabajo en el ISM me ha hecho conocer los pueblos pesqueros, a los trabajadores de la mar. Te enseña que la mar, en pesca, tiene sus tiempos; sólo se sale si la mar quiere”.
"La mar tienew sus tiempos. Sólo se sale si la mar quiere"
Lourdes Pérez estudió Graduado Social. Terminó en los años ochenta, una época en la que ser mujer hacía más difícil encontrar trabajo en la empresa privada. “Teniendo la misma titulación, terminábamos haciendo las labores de auxiliares administrativos en vez de la categoría profesional a la que nos presentábamos”, recuerda.
Después de unas cuantas experiencias laborales en la empresa privada, decidió presentarse a oposiciones del Estado. Conocía el temario, estaba preparada y tenía ganas. Pudo elegir y escogió trabajar en Seguridad Social. Los únicos puestos existentes ese año en Vizcaya, en 1991, estaban en Ondárroa y pertenecían al Instituto Social de la Marina. Ahora trabaja en la Dirección Provincial de Bilbao.
Durante mucho tiempo ha estado en atención al público, los marineros, los marinos, los pescadores, los armadores y rederas y las neskatillas eran y son el público del ISM. Las neskatillas, una labor menos conocida, son habitualmente familiares de los marineros, las esposas, hijas o hermanas que se encargan de recibir los barcos cuando llegan a puerto. Ellas son las que descargan el barco, llevan la mercancía a la venta y lo venden y también se encargan del aprovisionamiento de víveres y demás cosas que necesitan los pescadores en el barco para zarpar y vivir en alta mar. “Mucho del trabajo que se lleva a cabo es hablando y conociendo los problemas individuales de cada uno para poder ofrecer la mejor prestación a la que tienen derecho, al final aprendes cuáles son las mayores necesidades”.
Y sabe que son duras, que no es una vida fácil. “Me ha enseñado que cuando se trabaja en un barco los periodos fuera de casa tienden a ser largos y solo tienen el contacto con un pequeño grupo de trabajo. Que las mujeres de los marinos han sido las que tradicionalmente han llevado todo el peso del hogar cuando las campañas son largas y que se tienen que encargar de todos los trámites necesarios para continuar su vida como participes de la sociedad”.
De ahí que su labor en el ISM sea algo más que un trabajo. Lourdes Pérez se encarga de todo lo que representa Seguridad Social (TGSS e INSS) y desempleo; el programa de formación con dos escuelas de formación profesional náutico -pesqueras y de los Centros de Sanidad Marítima que se encargan de velar que los marinos sean aptos para navegar, médicos, enfermeras y auxiliares. Y por supuesto, sus buques insignia: los barcos hospital Esperanza del Mar y Juan de la Cosa, que acompañan siempre a los pesqueros en campaña. Actualmente comparte su cargo como jefa de la Oficina de Información con el trámite de prestaciones de Supervivencia y de la Incapacidad Temporal en su modalidad de pago directo que ahora incluye los expedientes de nacimiento. “Tenemos un buen porcentaje de niños nacidos”, dice feliz viendo que puede haber futuro.
Sin duda, el sector de la pesca no es fácil: Los accidentes, dice Pérez, son más frecuentes en este tipo de barcos y muy invalidantes. El agua salada y el trabajo con el pescado antes de llegar a puerto con las herramientas proporcionan muchos problemas de piel y múltiples cortes, es un trabajo duro de grandes cargas, peligros de caída por diferentes alturas, por suelos resbaladizos… “Por suerte ya no hay tantos accidentes mortales”.
En Bilbao, adscritos al Régimen del Mar hay unos 3.200 afiliados en Vizcaya. “Es una pena, pero es un sector que va desapareciendo”, dice Lourdes de un mundo que sigue siendo marcadamente masculino. En Vizcaya del total de afiliados, sólo 280 son mujeres. A nivel nacional, de los 64.753 personas adscritos, el 15,7% son mujeres. “La proporción de mujeres es muy pequeña, aunque hay una parte del colectivo que es prácticamente femenino, las neskatillas y empacadoras”, subraya en favor de esos grupos menos conocidos. “En los puestos de oficial es donde sí se encuentran más mujeres, pocas en marinería y muy pocas en pesca”. Pero hay esperanza. Y no, porque su buque se llama así, que también, sino porque hay datos que apuntan al optimismo. “En la Feria Sinaval de este año, nos llevamos una sorpresa. De los estudiantes de Ingeniería naval que pasaron por el stand del Instituto, el grupo estaba conformado por las suficientes mujeres como para decir, ya estamos en el mar, la mar ya es nuestra también”, subraya Lourdes Pérez.
"No hay que dejar que la actividad marítima desaparezca de nuestras costas"
De su trabajo, de su día a día, de ese mar de mujeres, lanza una petición: “No hay que dejar que la actividad marítima desaparezca de nuestras costas; que la mujer tiene que seguir aumentando su presencia, alcanzando todos los puestos. No dejar que se manifiesten diferencias de género y que éstas, sean por capacidad del trabajador, independientemente de su género”. Con estos argumentos, el binomio mujer y mar está asegurado.
Haber nacido al lado del Cantábrico no le ha hecho perder la realidad de lo que es un privilegio. “Siempre es un lujo poder pasear por la playa con la vista mirando al horizonte, un gran descanso, así como el sonido del mar ya esté tranquilo o con mar fuerte que te llena de energía y de asombro, la fuerza imparable que llega a tener da miedo y a la vez un sentimiento de poder infinito”.