Revista Informar
DIARIO DE UN LOBO DE MAR
19 DE ABRIL DE 2023

Por Lázaro Canet, marinero en la Salvamar Markab
Carmen Lorente
Cada año, la temporada estival es la más ajetreada para Salvamento Marítimo, más si cabe en Baleares. Cientos de embarcaciones de recreo de todas las procedencias y banderas imaginables concentradas en un espacio relativamente pequeño.
Este informe, con fecha 27 de julio de 2009, podría servir de ejemplo de una de tantas emergencias atendidas en verano:
Salvamento Marítimo Palma recibió a media tarde de hoy la solicitud de asistencia, a través de la estación radiocostera de Menorca radio, del velero MOREDDU, que se encontraba con avería mecánica, con dos tripulantes a bordo, en el canal de Menorca.
Se movilizó la embarcación de Salvamento Marítimo con base en Ciudadela, SALVAMAR ALDEBARAN, que tras localizar al velero lo remolcó con sus dos tripulantes a dicho puerto sin más novedad.
“Sin más novedad”, con aquella frase finalizaba el documento oficial registrado en el SIGO*. Sin embargo, para Lázaro Canet, marinero en la Salvamar Aldebarán (actualmente en la Markab), con base en Ciutadella de Menorca, sí que hubo novedades: aquel era nada menos que su primer servicio a bordo de la Salvamar, su primer servicio como tripulante de Salvamento Marítimo.
Además de su profesión de marino, Lázaro siente una vocación literaria que le ha llevado a escribir un cuaderno de bitácora, un diario donde recoge los rescates y servicios en los que ha participado, y que se titula Diario de un lobo de mar.
“Los tengo todos anotados con fecha, hora de salida, hora de llegada, tripulación de guardia, tipo de servicio, datos del barco asistido… 14 años anotando cada uno de ellos y los más significativos los desarrollo escribiendo todos los detalles. Escribir me ha gustado desde siempre. Tengo más de 300 relatos y hay algunos muy interesantes” explica.
Nacido en 1983 en Mahón y con antepasados ligados a la mar (padre y abuelo), Canet comenzó a escribir en sus primeros años de profesión antes de ingresar en Salvamento Marítimo: “Empecé trabajando, con 15 años, en el barco turístico de mi padre. Llevábamos un diario para anotar cuántos pasajeros llevábamos cada día, y yo lo fui mejorando, añadiéndole más detalles, apuntado las anécdotas de cada día”.
De su trabajo a largo de 14 años a bordo de las salvamares lo que más le fascina a Lázaro es el poder ayudar, asistir y proteger a las personas en peligro en la mar.
“El verano pasado fuimos a buscar un velero con vía de agua y yo me pasé todo el trayecto dentro del barco con ellos, con una bomba de achique por si el agujero crecía, y cuando llegamos a puerto el patrón me dijo: ‘Gracias por tu sonrisa, Lázaro’. Unas palabras así no tienen precio. Siempre las recuerdo”.
¿Qué elemento considera fundamental en las operaciones de rescate? El trabajo en equipo y la coordinación. Es tal la conexión entre los tripulantes de la embarcación de Salvamento Marítimo que con sólo mirarse ya se entienden. “En momentos críticos, gritos pocos. Mucha serenidad y profesionalidad”, explica Lázaro.
Y una vez presentado el autor, y sin más preámbulos, comenzamos con la primera entrega del Diario de un lobo de mar, el Moreddu, en el que Canet aúna la literatura con la precisión técnica de un manual marítimo sobre cómo se realiza una operación de remolque.
El Moreddu (Rescate l)
Era una tarde del 27 de julio de 2009, sólo hacia tres días que había embarcado en la Salvamar Aldebarán cuando a las siete de la tarde, mientras paseaba tranquilamente por el centro de Ciutadella me llamó Xavi, el patrón de guardia. Me informaba de que teníamos salida. Este sería mi primer servicio como tripulante de Salvamento Marítimo. Ese día los tres tripulantes de guardia éramos Xavi, el patrón, Fran, el mecánico y yo, el marinero. En menos de diez minutos llegué a bordo. Lo primero que hice fue ponerme el equipo de trabajo y armar la salvamar, a los pocos minutos llegaron Xavi y Fran. Fran inmediatamente arrancó motores mientras Xavi comunicaba con la torre de control para que le informase más detalladamente del servicio, posición y características del barco….
Al estar todo listo para salir a las 19:30 (17:30 UTC) soltamos amarras y salimos de puerto. El barco era un velero de bandera italiana de unos 12 metros de eslora con dos tripulantes a bordo, tenían un problema de motor y no tenían máquina para navegar a motor, ni viento para poder navegar a vela. Estaban a unas 14 millas de distancia al SW de la isla. Al estar fuera del puerto pusimos rumbo SW hacia la posición que nos había indicado la torre, dimos máquina avante a 18 nudos de velocidad de crucero. A la hora de navegación avistamos un velero que coincidía con la posición que nos había facilitado la torre. Pusimos proa al velero, que en ese momento estaba navegando a vela ya que había algo de brisa, mientras Xavi comunicaba por VHF con uno de los tripulantes.
En la popa del velero ondeaba una bandera italiana, tenía unos 12 metros de eslora y casco blanco, su nombre era el Moreddu. El patrón del velero informó a Xavi de que tenían un problema de máquina y no podían navegar a motor. De momento lo único que querían era nuestro acompañamiento ya que estaban navegando a vela. Al poco rato el viento amainó por completo y el velero apenas alcanzaba los 2 nudos, así que Xavi y el patrón del velero decidieron que la mejor manera era dar remolque para seguir la navegación.
Esa tarde la meteorología iba a nuestro favor, el mar estaba en calma y soplaba una brisa muy floja de componente Sur.
Xavi nos dijo que preparásemos la maniobra de remolque; inmediatamente Fran y yo nos pusimos nuestros EPI’S, armamos la maniobra y, una vez listo, dimos voz a nuestro patrón que podíamos proceder a dar remolque. Xavi explicó al tripulante del velero las instrucciones a seguir, y acto seguido empezamos con la maniobra.
Nos aproximamos al velero por su costado babor. Yo estaba en la popa de la salvamar preparado para lanzar la sirga mientras uno de los tripulantes estaba en la proa de velero. Al estar cerca, y teniendo una buena distancia de tiro, Xavi aguantó en esa posición y lancé la sirga a la proa del velero; el tripulante empezó a cobrar de ella hasta llegar a las eslingas mientras Fran iba largando cabo a medida que iba saliendo del cajón de estiba y Xavi iba avanzando despacio.
Cuando el tripulante cobró toda la sirga, encapilló las dos gazas de las eslingas en las bitas de la proa del Moreddu, y Xavi dio máquina avante hasta llegar a los 200 metros de cabo de remolque, haciendo firme en la bita de nuestra popa. Una vez firme y todo correcto Xavi dio avante y pusimos rumbo a puerto. Teníamos unas horas de navegación, ya que al estar remolcado la velocidad era inferior. Durante la navegación a puerto preparé algo de comer para los tres, y de vez cuando íbamos controlando el velero. A las 22:30h (20:30UTC) estábamos a pocas millas de la bocana cuando Xavi comunicaba con el puerto de Ciutadella para informar de que en breve entraríamos a puerto y llevábamos un velero con avería de motor de 12 metros de eslora y necesitábamos un amarre.
Puertos nos informaba que el puerto se encontraba cerrado por aviso de rissaga (resaca). Este inconveniente demoraría nuestra entrada, ya que debido al cierre, los ferrys Nura Nova de la naviera Iscomar y el Ramon Llull de la naviera Balearia, procedentes de Alcudia, tampoco habían podido entrar.
Al conocer la situación, Xavi bajó máquina para disminuir la velocidad y así ganar tiempo, mientras informaba al patrón del Moreddu. Cuando estábamos a la altura de Cala Blanca, cerca de puerto, escuchamos por VHF que puertos autorizaba la entrada al Nura Nova. Xavi inmediatamente llamó a puertos para solicitar entrada una vez el ferry estuviese atracado al muelle comercial. Puertos nos informó que nos avisaría al finalizar la maniobra de atraque del ferry. Eran las 23:20h (21:20UTC) cuando enfilábamos la bocana del puerto de Ciutadella y empezamos a recoger el cabo de remolque para proceder a la maniobra de abarloamiento. Una vez recogido todo el cabo de remolque, Fran se situó en la popa de la salvamar y yo en la proa, ambos preparados con un cabo de amarre para lanzar al velero.
El Moreddu quedaba atracado en el puerto de Ciutadella y dábamos por finalizado el servicio.
Xavi se aproximó al velero por su costado de babor y nosotros, al estar próximos, lanzamos los cabos y ambos tripulantes del velero que estaban situados en popa y proa del Moreddu, encapillaron las gazas de los cabos en sus respectivas bitas. Fran y yo cobramos de ellos hasta tener el velero pegado a la salvamar y acto seguido pusimos un spring de nuestra proa a su popa. Una vez todo firme y seguro, Xavi dio máquina avante y entramos a puerto hasta el amarre indicando por Puertos. Al estar en el interior del puerto y delante de amarre, Xavi inició la maniobra lateral paralelo al muelle para acercar el velero atracado por su costado de estribor, mientras yo estaba a bordo del velero para indicarle la distancia entre el velero y el muelle a medida que se iba aproximado. Al estar prácticamente pegados al muelle salté a tierra y amarré. Uno de los tripulantes me lanzó un cabo de su proa, hice firme en el noray y rápidamente fui a su popa desde el muelle donde el otro tripulante me lanzó otro cabo para amarrar al otro noray y dejar atracado el velero. A las 23:50 (21:50UTC) el Moreddu quedaba atracado en el puerto de Ciutadella y dábamos por finalizado el servicio.
*SIGO (Sistema de Información para la Gestión de Operaciones utilizado en Salvamento Marítimo).