Revista Informar
CAPITÁN DE LA MARINA MERCANTE Y HEAD OF ENERGY PARKS LOGISTICS EN CEPSA
Mujer y Mar
03 DE AGOSTO DE 2023

“En tercero de BUP escuché en la radio que, al aprobarse la Constitución, las mujeres ya podían ser marinos mercantes. La ley vigente hasta ese momento decía que debían ser varones. Cuando comencé a pensar qué carrera estudiar, lo valoré como una opción posible y cuando llegó el momento de elegir, me decidí por esta carrera”.
Maite Cabrerizo
No sabemos si fue la mejor elección, pero sí la que le ha llevado a ser capitán. Antonia Fernández Cervera entra por derecho propio a esta galería de Mujer y Mar. Mujeres que toman el timón, que reman contra marea, que luchan por un mar sin desigualdades.
De Santander, pegada al mar, la capitán Fernández Cervera (“que no capitana”, como ella matiza) lo es para toda la vida. “Se lleva dentro, una vez que eres capitán y mandas un barco lo eres para siempre. Cuando empecé a estudiar era la única mujer en toda la Universidad de Náutica. Fue muy fácil, tengo muy buenos amigos de esa época y además uno de ellos es mi marido”. Siempre ha contado con su apoyo y el de sus padres que, aunque pensaban que había tomado un camino difícil, le apoyaron incondicionalmente.
Durante 10 años navegó en las flotas de Cepsa y Marpetrol, en todo tipo de petroleros. De ellos acumula singladuras de recuerdos y de agradecimientos porque Antonia Cervera lo es: agradecida a quienes de alguna manera fueron sus mentores y le enseñaron esta profesión que lleva en vena. Capitanes, primeros oficiales y contramaestres que le enseñaron todo lo que debía saber para gobernar un barco con eficacia y llegar de forma segura a puerto con toda la tripulación a salvo. “Navegando trabajas con personas muy interesantes, entras en contacto con culturas diferentes que te enriquecen y te hacen crecer como profesional y como persona”, asegura.
Le preguntamos cómo es la vida de una mujer en la mar. No tarda en responder porque la experiencia le ha dejado claro que la vida de un marino no depende del sexo. “Es exactamente igual que la de un hombre, guardias de navegación, todo lo relacionado con el mantenimiento y la operativa del buque, maniobras de atraque, nieblas, temporales, amaneceres, navegación en zonas con paisajes espectaculares, y de vez en cuando dormir, leer y pasear por las ciudades a las que llegas".
“La vida en alta mar es igual para un hombre que para una mujer. Guardias de navegación, mantenimiento del buque, maniobras de atraque, nieblas, temporales, amaneceres…"
Haciendo balance de su vida profesional, Antonia Cervera reconoce que prácticamente se ha desarrollado entre hombres, a bordo, y en los diferentes puestos que ha ocupado posteriormente. “Nunca he tenido problemas. Donde más fácil ha sido ser mujer y ejercer mi profesión ha sido a bordo, porque en los barcos existe una jerarquía. Si eres el capitán, eres la persona que escucha a todo el equipo y finalmente decide. Nadie se cuestiona la posición que ocupa cada uno, todos y cada uno tenemos un cometido y estamos ahí para eso, independientemente del sexo que tengas”.
Trabajo en tierra
En un momento determinado le ofrecieron dejar los barcos en la mar y trabajar en ellos desde tierra. Comenzó ahí otra carrera en la que, de alguna manera, llevaba los genes de capitán. Fue inspectora de vetting de la flota que trabaja para Cepsa y desde Madrid asegurar la idoneidad de los posibles buques que fletaba Cepsa, desde el punto de vista de operatividad y de seguridad.
Posteriormente fue nombrada jefe de Operaciones de Bunker (suministro de combustible a buques). “Por la posición estratégica de los Parques Energéticos de Cepsa (Bahía de Algeciras y Huelva), tenemos un negocio de Bunker muy importante, con una flota de gabarras y camiones cisterna para suministrar a los buques”, apunta.
Años más tarde ocupó el puesto de jefe de Operaciones de Trading y Bunker. Su función era gestionar toda la operación una vez que el trader ha cerrado el acuerdo comercial. “Este negocio tiene muchas facetas; técnicas y comerciales, siempre buscando la optimización de toda la cadena de valor, con la máxima seguridad, con el mínimo coste y con el máximo beneficio para la compañía. Realizando este trabajo te das cuenta cómo puedes impactar en el resultado de tu compañía y siempre buscar, ante cualquier eventualidad que surja, la solución más segura y económica”.
Volvemos a aquella Antonia que nació en tierra de mar, que fue su infancia. Le decimos que mar y Cepsa (Compañía española de petróleos) no tienen buen maridaje y nos la devuelve con ejemplos. Su llegada a Cepsa no sólo no la ha alejado de ese objetivo, si no que le ha hecho trabajar por unos Mares limpios. Así, ha dado un paso más y ahora se encarga de la logística de los Parques Energéticos. “La mar y el petróleo están directamente relacionados. Desde que el petróleo refinado se usa como combustible, siempre se ha transportado en grandes buques por mar, por lo que los dos negocios tienen una gran conexión desde un punto de vista logístico, tecnológico y su efecto coste/beneficio”.
La responsable de Trading y Bunker explica la estrategia Positive Motion, en la que está embarcada Cepsa, un proceso de transformación, con el objetivo de impulsar la transición energética y acompañar a sus clientes, entre ellos los del sector marítimo, en sus procesos de descarbonización, ofreciendo energía sostenible y cada vez más baja en carbono. “Estamos desarrollando un ecosistema centrado en acelerar la descarbonización de nuestros clientes industriales, el transporte pesado, así como nuestra propia actividad, mediante la producción de moléculas verdes, principalmente hidrógeno renovable y biocombustibles de segunda generación”.
Contado parece fácil. Pero detrás está el trabajo de esta capitán a la que no le gustan las zonas de confort. El Positive Motion ya tiene resultados. “En el caso de los biocombustibles, ya son una realidad que utilizamos cada día en nuestros coches, pero también lo estamos probando en barcos y aviones, con resultados muy positivos. Somos un equipo, todos estamos trabajando enfocados en esa estrategia de servicio a nuestros clientes, ayudándoles a ser sostenibles con el mejor servicio posible y cuidando el medio ambiente y sí, por supuesto, preservar los mares, nuestro gran pulmón, gran reserva de biodiversidad y vida para el planeta”.
Para esta capitán, “cada proyecto es una singladura. Su finalización es una llegada a puerto o el avistamiento de un cabo. El nuevo proyecto es una nueva singladura, es el paso de ese cabo avistado en la lejanía, y una vez más, un nuevo proyecto, un nuevo cabo por pasar. Y así hasta el infinito, ya que por mucho que algunos se empeñen, la tierra es redonda y siempre queda la posibilidad de volver a empezar”.
Socia de WISTA
Antonia Fernández es miembro de WISTA, organización cuyo objetivo es atraer y apoyar a las mujeres en puestos a nivel directivo en los sectores marítimo, comercial y logístico. Hay motivos para estar porque “queda mucho recorrido hasta llegar a una paridad de decisión e influencia real”. Si bien reconoce que las mujeres han avanzado en formación, capacitación y habilidades técnicas, “es necesario continuar esforzándose en convencer a las empresas, y a nosotras mismas, que podemos liderar y que estamos preparadas para decirles a los/las directivos de las empresas que estamos aquí y que lo podemos hacer muy bien. Si las empresas no aprovechan esas capacidades, estaremos desperdiciando una gran parte del talento que representamos las mujeres” Su reflexión no deja lugar a dudas.
“Es un despilfarro que ningún país puede permitirse, y si no se usa ese valor del que disponemos las mujeres, supondrá un inmenso coste, de todo tipo”.
“Es necesario continuar esforzándose en convencer a las empresas y a nosotras mismas que podemos liderar y que estamos preparadas para decirles a los directivos que estamos aquí y que lo podemos hacer muy bien"
Aunque su capacidad técnica está siendo reconocida y utilizada por las empresas “y esto es fenomenal porque hay mucho conocimiento disponible”, denuncia que el valor en la diversidad de pensamiento y liderazgo que ofrecen las mujeres no se está utilizando al 100%. “Tenemos que dar un paso al frente y contar de forma abierta, en cada empresa, nuestro valor añadido y diferenciador y ponerlo a disposición de todos en la compañía, para que desde posiciones directivas se asuman esas ideas y las nuevas formas de enfocar los negocios”.
Su hijo, fututo ingeniero como el padre, no ha seguido sus pasos. “Sin embargo, tratamos de transmitirle algo muy importante que hemos aprendido en la mar, y es el valor de esfuerzo, tener siempre planes B ante cualquier eventualidad, a ser curioso, siempre tratar de ir un poco más allá, ver qué hay de nuevo en el mundo y como él puede contribuir a mejorarlo. Creo que esto vale para todos, para chicos y chicas sin distinción”.
“Nunca dejas de ser marino. No sólo desde un punto de vista técnico (mi certificación para navegar está siempre en vigor, la actualizo cada cinco años), sino que también de mente y de corazón. Cuando te has enfrentado a la mar, tienes una forma particular de pensar y actuar. No digo que sea mejor o peor que otras, es diferente y afrontas todos los proyectos de tu vida con ese enfoque particular”.