Revista Informar
Resiliencia, la palabra mágica de moda
10 DE NOVIEMBRE DE 2016
En la navegación no basta con comprobar la 'lista'. Hay que dar un paso más. Los años nos dan un bagaje que nos permiten adaptarnos a las situaciones de emergencia y responder de la mejor forma posible. Hablamos de <strong>Resiliencia.</strong>
ALFONSO RUIZ DE LOBERA
Las listas de comprobación siguen estando ahí, y siguen teniendo su indudable utilidad, pero no podemos quedarnos en el “tic” de comprobación. No debemos aspirar a que nuestra seguridad esté basada únicamente en la revisión de una lista (y de las correcciones consecuentes).
No podemos convertirnos en unos meros comprobadores de que nuestra embarcación funciona bien. (Eso ya lo hacen muchos sistemas que efectúan autocomprobaciones iniciales y periódicas).
Lo que los humanos hacemos mucho mejor que las máquinas es ADAPTAR. Cuando salimos a navegar, la seguridad está muy relacionada con la adaptación. A partir de una colección de conocimientos, habilidades y conductas, algunas aprendidas en vivo, otras adquiridas por experiencia ajena, se va forjando un bagaje que nos permite adaptarnos a las situaciones de emergencia y responder de la mejor forma posible. Con ese bagaje solucionamos los problemas y aprendemos para el futuro.
La Resiliencia, en el tema que nos ocupa, puede definirse como la capacidad de adaptación de nuestra prevención y respuesta, teniendo en cuenta nuestra situación actual que, en nuestro medio marino, es intrínsecamente cambiante.
¿Qué supone esto? Veamos algunos ejemplos:
? Nuestra embarcación está en perfecto estado pero preferimos salir a navegar dentro de un par de días con condiciones meteorológicas más favorables
? En la excursión del otro día el motor hizo un ruido extraño. Hoy estoy vigilando más atentamente los indicadores.
? La vela mayor no está para muchos trotes, por eso tomo los rizos con más anticipación de lo normal.
? La tripulación de hoy no está acostumbrada a la mala mar. He decidido que la ruta que hagamos sea más “pacífica” para que todos nos encontremos más a gusto y por tanto más seguros
? En este fondeadero ya garreamos una vez con el ancla Danforth. Esta vez utilizaré la Delta.
LOS CONSEJOS
? Anticipar. No se trata de que seas un “cenizo” y que siempre busques los fallos y lo negativo, pero muchas veces la estadística nos hace sospechar.
? Vigilar. Sabes que tu jarcia tiene ya bastantes años. Vigilar no significa que estés atento para ver caer el aparejo. Vigilar es, sobre todo, saber cuáles son los signos que te avisan de que un obenque puede fallar. Grietas, deformaciones, óxidos… Eso es lo que debes vigilar.
? Responder. ¿Qué es lo que debo hacer si falla tal o cual cosa? Piensa en soluciones. Ya sean reparaciones de fortuna (provisionales) o definitivas. ¿Has pensado cómo utilizar una driza para que haga las funciones de obenque?
? Aprender. ¡Esto no me vuelve a pasar! Tendré preparado esto o lo otro. En la varada comprobaré aquello. Semanalmente revisaré tal cosa…