Revista Informar
Las enseñanzas de la FASTNET 79
21 DE ABRIL DE 2017
<em> </em>
ALFONSO RUIZ DE LOBERA
Nunca debemos despreciar las enseñanzas que la experiencia nos brinda. En este caso me refiero al tristemente famoso desastre de la FASTNET 79. Las conclusiones y recomendaciones de la investigación que se realizó, son públicas y hoy en día, más fácilmente que nunca, podemos revisarlas gracias a internet.
En la memoria de muchos navegantes de cierta edad todavía permanece en el recuerdo la fatídica edición de la regata Fastnet de 1979. Los vientos de 70 nudos (130 km/hora) volcaron a 67 veleros y tumbaron hasta tocar con el palo en el agua a otros 100, pero lo más grave fue que aquel temporal acabó con la vida de 15 participantes. Una inusual tempestad en plena campaña de verano causó el peor desastre conocido hasta el momento durante la disputa de una regata de altura.
En las encuestas realizadas a los yates participantes después de la tragedia, hubo varios puntos débiles que salieron a la luz.
Hoy hablaremos de uno de ellos.
El tambucho de entrada al interior.
Un gran número de tripulaciones se refirieron a este elemento como uno de los puntos más críticos en la seguridad del barco navegando con mala mar, y descubrieron bastantes puntos deficientes en su diseño y utilización.
En un reciente libro que he leído (*), se define básicamente un barco como un contenedor flotante lleno de aire. “El barco será seguro mientras se mantenga el aire dentro del contenedor y el agua fuera de él”. Una definición ciertamente elemental e incluso hilarante pero nos da la clave de lo que vamos buscando.
Hay un agujero gigante a bordo de cualquier barco por el que puede entrar el agua: El tambucho de entrada.
Las tripulaciones de aquella regata Fastnet 1979 sabían navegar, no eran unos domingueros. Colocaron las tablas de cierre del tambucho correctamente pero algunos las perdieron consecuencia de la primera “tumbada” y quedaron muy desprotegidos.
De acuerdo…de acuerdo…! No debemos ponernos trágicos. Aquellas eran unas circunstancias de mal tiempo excepcionales. Pero dime: ¿No proteges tus objetos valiosos de caer por la borda? ¿No es verdad que llevas tu móvil, llaves del coche, gafas y la cartera en una bolsita o contenedor impermeable? Las consecuencias de perder las tablas del tambucho pueden ser muy graves en caso de temporal. Asegurarlas para evitar que caigan al agua te costará todavía menos dinero que una bolsa impermeable: Solamente hace falta un metro de driza.
Por último, ¿Qué tal si contemplamos el tambucho en su conjunto como un punto clave en la seguridad del barco? Analiza si las tablas de cierre son suficientemente sólidas y si están en buen estado.
LOS CONSEJOS
? Una buena norma es establecer una regla para cerrar parcial o totalmente el tambucho dependiendo de las condiciones meteorológicas. Por ejemplo cerrar la mitad del tambucho a partir de fuerza 5 y la totalidad a partir de fuerza 7
? Considera si debes reforzar las tablas de cierre del tambucho y la tapa corredera.
? El tambucho debe poder abrirse, cerrarse y bloquearse con igual efectividad desde exterior e interior. Desecha la idea de bloquearlo desde uno de los dos lados solamente.
? Comprueba que a pesar de estar cerrado, existe la posibilidad de comunicarse entre ambos lados.
? Haz firme con un cabo las tablas de cierre del tambucho al barco, para prevenir que puedan caer por la borda al agua.
? Comenta con tus amigos este post. Quizá algún día les pueda ser muy útil.
? Finalmente: No bases tu seguridad en el argumento de que “Con las nuevas tecnologías puedes evitar el mal tiempo” En la mayoría de los casos esto es cierto pero……
(*) Storm proofing your boat gear and crew, Gary M. Goodlander 2016